Objetivos:
- Controlar las crisis y prevenir las recurrencias.
- Prevenir la lesión encefálica durante las crisis convulsivas.
Diagnóstico:
- Alteración de la conciencia relacionada con la aparición de crisis epilépticas.
- Posibilidad de complicaciones (lesión encefálica, arritmias cardiacas) relacionadas con los cambios funcionales durante el estado convulsivo generalizado.
Actividades:
- Administrar antiepilépticos según prescripción.
- Indicar al paciente que conserve un registro de los fenómenos que rodean sus convulsiones (número, duración, tiempo en que ocurren, tipos de sueño/alimentación), para ayudar a determinar la buena adaptabilidad terapéutica y del enfermo.
- Dar oxígeno: ocurre cierto paro respiratorio en el pico de cada convulsión, lo que produce congestión venosa e hipoxia encefálica.
- Tomar muestra de sangre para glucosa, nitrógeno ureico en sangre, electrolitos y niveles de anticonvulsivos, para descubrir anomalías metabólicas y como guía para la conservación de la homeostasia bioquímica.
- Iniciar la administración de goteo intravenoso: solución salina Isotónica por vía IV para conservar la presión arterial; glucosa IV si la hipoglucemia es la causa, el goteo de glucosa detendrá la crisis.
- Se añade tiamina al goteo si se sospecha deficiencia vitamínica.
- Dar con lentitud anticonvulsivo intravenoso (diazepam, fenitoína, fenobarbital): para asegurar concentraciones eficaces en suero y tejido encefálico. Utilizar ventilación mecánica según sea necesario.
- Vigilar en forma continua los signos vitales y neurológicos.
- Emplear vigilancia electroencefálica, para conocer la naturaleza y la abolición (después de la administración de diazepam) de la actividad epiléptica.
- Interrogar (a un miembro de la familia) para saber si hay antecedentes de epilepsia, uso de alcohol o drogas, traumatismo, o infección reciente.
Resultados:
- Control sus crisis; toma el medicamento según se prescribió.
- El paciente no presenta complicaciones.
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