Objetivos:
- Apoyar al niño para que acepte su imagen corporal y aprenda a manejarla.
- Apoyar al niño para la cirugía y ayudar a disminuir su ansiedad.
- Evitar las complicaciones después de la cirugía.
- Proporcionar actividades para distracción.
Diagnóstico:
- Inquietudes sobre la imagen corporal relacionadas con el aspecto de la deformidad o la inmovilización con dispositivos poco atractivos.
- Ansiedad relacionada con la hospitalización y operación.
- Posibilidad de complicaciones postoperatorias graves (trastorno neurológico, choque, infección, retención urinaria, íleo paralítico). relacionadas con la cirugía.
- Disminución de la independencia relacionado con la inmovilización.
Actividades:
- Educar al niño y padres sobre la abrazadera y programa de ejercicio suplementario.
- Dar incentivos por el cumplimiento del programa terapéutico recomendado.
- Cuidar meticulosamente la piel en las áreas en contacto con la abrazadera.
- Utilizar una camiseta suelta o un elástico debajo de la abrazadera para proteger la piel.
- Ayudar al niño y sus familiares a modificar actividades normales, como bañarse y vestirse, para adaptarse a la abrazadera
- Explicar al niño y sus padres la naturaleza de los cuidados inmediatos antes de la cirugía, la anestesia, los cuidados posoperatorios y el aspecto.
- Presentar al niño y a sus familiares a una enfermera de la unidad de cuidados intensivos si se lo trasladará en el postoperatorio. Pedirle que practique los aspectos de la terapéutica que se prevén, como respiración profunda y otras rutinas respiratorias, ejercicios con las piernas, rodadillos, empleo de cómodo para fracturas etc.
- Buscar signos de hipotensión.
- Control de signos vitales.
- Observar si en la herida hay hemorragia, hematoma o infección.
- Conservar la integridad tisular, (cambios de posición cada dos horas, usar cremas protectoras etc.).
- Evitar complicaciones respiratorias: llevar a cabo ejercicios respiratorios, soplar botellas, presión positiva intermitente, o todos ellos, para aumentar el intercambio respiratorio.
- Buscar déficit neurológicos: valorar el estado neurológico en cada turno de enfermería, incluyendo la dorsiflexión, movilidad de las piernas, sensación perineal y funcionamiento vesical.
- Buscar pruebas de retención urinaria, que puede presentarse por efecto de la anestesia, el traumatismo neurológico, la hipovolemia o los fármacos.
- Llevar un control estricto de líquidos administrados y eliminados.
- Buscar signos de íleo paralítico: observar si hay ruidos intestinales hipoactivos e hiperactivos, náuseas, vómitos o dolor abdominal a medida que se aumenta gradualmente la dieta.
- Evitar la tromboflebitis: hacer que el paciente ejercite las piernas, aplicar medias elásticas, observar si en la pierna hay tumefacción, enrojecimiento o dolor con la dorsiflexión; asimismo, investigar si hay síntomas torácicos como disnea, dolor o hemoptisis.
- Conservar la nutrición e hidratación adecuadas.
- Proporcionar un medio seguro para el paciente.
- Permitirle que continúe con tantas actividades normales como sea posible.
- Fomentar las visitas o el contacto por teléfono con sus compañeros.
- Proporcionarle actividades de diversión.
- Ser sensible de las preocupaciones del paciente sobre su imagen corporal e intervenir adecuadamente.
- Proporcionar tanta intimidad como sea posible durante el baño, el aseo y los cambios de enyesado
Resultados:
- Conserva una imagen corporal positiva, según se pone de manifiesto por las comunicaciones verbales y no verbales.
- El niño manifiesta menos ansiedad por el trastorno; comenta las inquietudes sobre los resultados.
- Se recupera de la operación sin complicaciones; los signos vitales están dentro de límites normales; mueve las extremidades; la incisión sana.
- Participa en actividades de distracción e interacciona con la familia y amigos.
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