Objetivos:
- Fomentar la función circulatoria adecuada.
- Equilibrar el suministro de oxígeno en el miocardio.
- Mantener al paciente con un umbral bajo de dolor.
- Restaurar la actividad intestinal.
Diagnóstico:
- Disminución del gasto cardiaco relacionada con la afectación ventricular, isquemia, arritmias.
- Intolerancia a la actividad relacionada con el desequilibrio entre el suministro y la demanda de oxígeno en el miocardio.
- Dolor relacionado con el daño del tejido miocárdico debido al aporte sanguíneo inadecuado.
- Alteración de la eliminación; estreñimiento relacionado con el grado limitado de actividad
Actividades:
- Mantener una vía intravenosa permeable para la administración de medicamentos en caso de arritmia.
- Colocar electrodos ECG para vigilar el ritmo cardiaco y comprobar la impresión clínica de IM.
- Medir y registrar los signos vitales cada hora o dos horas para determinar la presencia de complicaciones inminentes, y choque cadiogénico.
- Auscultar si hay ruidos cardiacos de galope, roce, soplos cardiacos.
- Valorar si hay cambios en el estado mental (apatía, confusión, inquietud) debido a riego cerebral inadecuado.
- Evaluar la diuresis (30ml/hora): una disminución del volumen urinario indica reducción del flujo sanguíneo renal.
- Tomar sangre arterial para análisis de gases en sangre.
- Estar atenta a la aparición de cualquier tipo de latidos ventriculares prematuros: Pueden anunciar taquicardia o fibrilación ventricular.
- Administrar según prescripción médica la lidocaína profiláctica, para proteger al paciente contra la fibrilación ventricular.
- Otros antiarrítmicos incluyen procainamida, quinidina, propanolol, atropina, etc. se eligen según el tipo de trastorno.
- Administrar oxígeno por cánula nasal si lo prescribe el médico.
- Brindar sostén psicológico y tranquilización para reducir la ansiedad.
- Administrar analgésicos, morfina o meperidina, que disminuyen la actividad simpática y reducen el consumo de oxígeno del miocardio con la consiguiente disminución de la frecuencia cardiaca, la presión arterial y la tensión muscular.
- Administrar analgésicos, narcóticos según prescripción médica
- Vigilar la presión arterial, el pulso y la frecuencia respiratoria antes de administrar narcóticos que disminuyen la presión y pueden contribuir al desarrollo de choque y arritmias.
- Valorar si hay complicaciones por administración de narcóticos, como trastornos respiratorios.
- Evitar las inyecciones intramusculares de analgésicos, ya que pueden causar aumento falso de las cifras séricas de CK, resultando un diagnóstico incorrecto de infarto miocárdico.
- Administrar ablandadores de las heces según se ordene.
- Ofrecer una dieta con residuos y fibra.
- Limitar los alimentos que se sabe producen gas excesivo.
Resultados:
- El paciente conserva la estabilidad hemodinámica; no muestra signos ni síntomas de insuficiencia cardiaca: diaforesis, hipotensión, cambios de estado mental, piel fría y pegajosa.
- Conservar el equilibrio entre el suministro y demanda de oxígeno en el miocardio.
- El paciente no experimenta dolor torácico, llama a la enfermera si sufre dolor.
- El paciente conserva una eliminación normal.
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