Objetivos:
- Restaurar la homeostasia normal para permitir la reparación del tejido renal.
- Lograr el equilibrio de líquidos y electrolitos.
- Prevenir las posibles complicaciones.
- Conservar la integridad de la piel.
Diagnóstico:
- Alteración de la eliminación urinaria relacionada con el deterioro de la función renal.
- Anormalidades electrolíticas, retención de desechos metabólicos relacionado con el trastorno de la función renal.
- Complicaciones potenciales (infección, complicaciones gastrointestinales y del sistema nervioso central) por la elaboración de desechos tóxicos en el sistema.
- Alteración potencial de la integridad de la piel relacionada con el prurito y la hiperpigmentación.
Actividades:
- Ayudar a eliminar la causa de la insuficiencia renal si es posible.
- Poner en acción el tratamiento prescrito para la enfermedad de fondo.
- Prepararse para diálisis peritoneal o hemodiálisis para evitar el deterioro metabólico.
- Ofrecer una dieta según los valores de la química sanguínea y el estado clínico del paciente.
- Pesar al paciente diariamente para obtener un índice del equilibrio de líquidos; pérdida esperada de peso: 0.2 a 0.5 Kg/día.
- Llevar un control estricto de líquidos administrados y eliminados
- Ajustar los requerimientos de sodio según sea necesario: los pacientes con enfermedades renales crónicas no toleran restricciones intensas o una ingestión excesiva de sodio
- Observar el exceso de líquidos y evaluar el estado clínico del paciente: disnea, taquicardia, distensión de las venas del cuello, crepitaciones, edema periférico, edema pulmonar.
- Dar sólo líquidos suficientes para restituir las pérdidas reales de la fase oligúrica (por lo general 400 a 500 ml/24 horas más las pérdidas medidas de líquidos por el drenaje gastrointestinal, la fiebre, el drenaje quirúrgico, y otras vías).
- Vigilar la aparición de signos y síntomas de deshidratación o hipovolemia: la capacidad reguladora de los riñones suele seguir siendo inadecuada.
- Vigilar por si hay reducción del peso corporal, poca turgencia de la piel, resequedad de mucosas, hipotensión y taquicardia.
- Tratar los trastornos cardiacos concomitantes con digital, diuréticos y antiarrítmicos para contrarrestar la insuficiencia cardiaca congestiva y mejorar la hemodinámica renal.
- Vigilar la presión arterial; la hipertensión aumenta el deterioro renal y afecta de manera adversa el sistema vascular.
- Usar medidas para producir vasoconstricción; ambiente fresco, eliminar el exceso de ropa de cama.
- Proporcionar baños refrescantes tibios o sábanas mojadas frescas: la evaporación gradual del agua de éstas refresca la piel y alivia el prurito.
- Eliminar irritantes; aplicar lociones emolientes.
Resultados:
- El paciente conserva la homeostasia.
- Alcanza mejoría en el equilibrio de líquidos y electrolitos.
- No presenta nuevas complicaciones.
- El paciente manifiesta alivio del prurito y mantiene la integridad de la piel.
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