Objetivos:
- Aliviar el dolor.
- Establecer la máxima movilidad física dentro de los límites del padecimiento músculoesquelético y el tratamiento.
- Evitar las limitaciones neuromusculares y asegurar la circulación, riego y función nerviosa óptimas.
Diagnóstico:
- Dolor relacionado con padecimientos musculares o esqueléticos.
- Trastornos del movimiento relacionado con padecimientos primarios y tratamientos como yesos, tracción o reposo en cama.
- Posibilidad de lesión (trastorno neuromuscular como síndrome del compartimiento) por vendajes compresivos, lesiones por aplastamiento, tumefacción isquémica tras lesión arterial, etc.
Actividades:
- Solicitar al paciente que descubra el dolor, su localización, sus características.
- Preguntar al enfermo las causas del dolor, qué lo exacerba, qué lo alivia.
- Valorar la alineación corporal; presión ocasionada por dispositivos enyesados, tracción, férulas.
- Auxiliar al paciente con técnicas para la reducción del dolor: estimulación cutánea, distracción, imágenes a voluntad, estimulación nerviosa eléctrica transcutánea, retroacción, etc.
- Colocar al enfermo en alineación correcta.
- Mover al sujeto lenta y constantemente, suministrar apoyo adecuado a la estructura doliente y conseguir ayuda personal adicional, si es necesario.
- Elevar la extremidad dolorosa por encima del nivel del corazón.
- Aplicar tratamientos con calor o frío según la prescripción.
- Administrar analgésicos según prescripción.
- Alentar al paciente a volverse un partícipe activo en los programas d rehabilitación.
- Valorar el grado de movilidad física existente.
- Determinar la disponibilidad de los ayudantes para facilitar la movilidad.
- Valorar los efectos a corto y a largo plazo del tratamiento prescrito sobre la movilidad.
- Identificar la extensión real de la inmovilidad física forzada.
- Desarrollar un programa de ejercicios que esté dentro de la limitación de la actividad física prescrita.
- Alentar las actividades que soporten peso, y la ambulación cuando sea posible.
- Enseñar el uso adecuado de los dispositivos auxiliares del movimiento.
- Revisar los vendajes de tal manera que no queden muy apretados en las extremidades.
- Valorar si se presentan trastornos neuromusculares como dolor, parestesia, pérdida de la sensibilidad, debilidad.
- Elevar la extremidad lesionada por arriba del nivel del corazón, si es posible, para disminuir el edema.
- Aplicar bolsa de hielo a una lesión reciente si está indicado, para controlar hemorragia y tumefacción.
- Valorar color, temperatura, llenado capilar y pulsos de la extremidad lesionada.
- Aflojar dispositivos de presión (yesos).
- Enseñar al paciente a identificar y dar aviso sobre aumento en el dolor, hormigueo o entumecimiento.
Resultados:
- El paciente logra alivio del dolor.
- Mejora la movilidad física.
- El paciente conserva función nerviosa y circulatoria adecuadas.
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