Objetivos:
- Prevenir la infección.
- Vigilar que no haya amenaza de rechazo.
- Conservar el equilibrio de líquidos y electrolitos.
- Dar apoyo psicosocial.
Diagnóstico:
- Posibilidad de infección relacionada con el procedimiento quirúrgico.
- Alto riesgo de rechazo del trasplante relacionado con las posibles complicaciones.
- Alteración del equilibrio de líquidos relacionado con disfunción renal
- Estrés y baja autoestima relacionados con el transplante, temor al rechazo del órgano, problemas relacionados con los inmunosupresores y los esteroides.
Actividades:
- Vigilar y proteger al paciente contra infecciones; los receptores de riñones son sensibles a cicatrización defectuosa e infecciones por el tratamiento inmunosupresor, que elimina la respuesta inmunitaria y a complicaciones de insuficiencia renal.
- Aislar al enfermo para protección según se requiera; los miembros del equipo para la salud y los familiares deben utilizar mascarillas hasta que se disminuyan las dosis de inmunosupresores.
- Cuaración aséptica de las heridas y sitios de punción y drenajes.
- Vigilar el acceso vascular a la hemodiálisis para asegurar su permeabilidad y buscar pruebas de infección.
- Dar enjuagues de micostatin, para evitar la candidiasis de las mucosas.
- Administrar tratamiento antibiótico según prescripción
- Vigilar los signos de rechazo: agrandamiento progresivo, dolor e hipersensibilidad del injerto, hipertensión arterial, disminución del volumen de orina, aumento de la creatinina en suero, aumento de peso, aprehensión y fiebre
- Ayudarse con diversos sistemas de prueba usados para vigilar el estado inmunitario del receptor del injerto, la vigilancia del daño tisular puede predecir un episodio de rechazo.
- Dar las combinaciones prescritas de inmunosuporesores; se dan azatioprina, corticosteroides, ciclosporina e irradiación total del sistema linfático.
- Vigilar la presión venosa central, el ECG y la temperatura de la piel con frecuencia para prevenir depleción oculta del volumen de sangre y desequilibrio de electrolitos.
- Vigilar la diuresis por la sonda permanente que se ha conectado a un sistema de drenaje cerrado
- Vigilar los electrolitos séricos y urinarios para determinar el equilibrio clínico del enfermo.
- Dar líquidos IV según el volumen de orina y los valores de los electrolitos séricos; se miden la química sérica y de la orina a intervalos específicos.
- Prepararse para hemodiálisis en el postoperatorio en tanto funcione bien el riñón trasplantado.
- Mantener informar al paciente sobre sus progresos, planes terapéuticos propuestos y metas a corto y largo plazos.
- Observar si hay cambios en la conducta y alteración de los procesos del pensamiento y del sentimiento.
Resultados:
- El paciente no presenta infección.
- No muestra signos de rechazo o insuficiencia renal.
- Mantiene un adecuado equilibrio de líquidos y electrolitos.
- Se adapta aceptablemente a los cambios en la autoestima y el aspecto.
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